Por: Odalís G. Pérez
ECHA-FA
Las
etapas recorridas por el artista visual Ramón Mesa desde los años 90 hasta el
presente, representan una conjunción de formas en progreso y variedad, pero
también, en proceso y productividad estético-sensible. El artista percibe un
tiempo en el cual se reconoce en una reflexión en torno a las raíces de lo
cotidiano y de la modernidad misma, donde los iconogramas y espectrogramas de
la cultura se convirtieron en el espacio imaginario, particularizado en una
mirada integradora y procuradora de los símbolos que hoy podemos ver en esta
quinta individual.
RAMÓN MESA El Perro fronterizo, 2005 |
La
concepción según la cual se va conformando una iconografía de raíz mítica, por
un lado, y expresionista-simbólica por otro lado, participa de lo que ha sido
la historia de las formas propias de la modernidad que es también la ruptura,
tal como se explica en el orden de las significaciones visuales actuales.
En
el caso de esta muestra, asistimos a una concentración de etapas que han ido
cobrando forma explícita en el trabajo propio del artista, de tal manera que la
bio-grafía se encuentra en la travesía de lo cotidiano y de lo originario, como
podemos ver en las series: Habitantes,
Piedras para amurallar el río, Serie roja, El perro fronterizo, Taíno Pomier,
donde se conjugan los momentos de una praxis que el artista ha plasmado de
manera efectual y sobre todo en el marco de una narrativa visual conjuntiva,
textual y sígnica.
Entre
serie y serie, Ramón Mesa se ha detenido a pensar lo pictórico de cada etapa,
estableciendo marcas que lo han llevado a comprender su propio mundo, edad,
espacio, forma y signatura, en un proceso productivo desde el cual el artista
se pronuncia a través de una lectura temático-formal, ligada al mito, la
libertad y el campo abierto a la modernidad.
En
efecto, Mesa ha investigado algunos signos averiguando las creencias de su
espacio cultural natal (Cuevas del Pomier) y el río-mito Nigua de San
Cristóbal, imaginado en un tiempo-espacio de tradición-modernidad-tardomodernidad.
¿Qué
narra el artista a partir de los signos que esta vez dialogan con nosotros en esta
individual?
El
artista intuye, percibe, narra y traduce su propia visión en el marco de una
estética de la imagen particularizadora en el camino de una investigación de
las formas artísticas y culturales, siendo así que el mismo concepto de
sincronía visual enuncia los contenidos imaginarios y comprensivos de la
cultura, los orígenes y los significantes artísticos.
Como
en el Arte Parietal que nos ayuda a descubrir el prehistoriador y arqueólogo A.
Leroi-Gourhan, en el primitivo arte mediterráneo, el gesto y más que el gesto,
la gestualidad, parece ser la materia de este artista visual dominicano que
desde los años 90 se afirma de manera consciente como sujeto de la mediación
artística.
RAMÓN MESA "Laberinto de mis sueños", No 5 |
Ramón
Mesa es un artista que se reconoce en el lenguaje y la intuición sentiente de
los objetos imaginarios. Pero el artista no pretende ser “antropólogo”, sino
más bien visionario, lo que se percibe en piezas como: La noche en que murió mi padre, El símbolo de la medicina, Lo
sorprendió la luna, Raíces y Casas al aire, Ojo de luna y otros que
reconstruyen y expresan el mundo cotidiano, mítico y significante.
Recorridos.
Miradas. Raíces. Tiempos de la memoria mítica. Casas flotantes. Ríos y riberas.
Mitemas terrígenos. Pulsiones culturales y relatos visuales, constituyen esta
quinta individual del artista Ramón Mesa.
RAMÓN MESA. Repulsión. Técnica mixta/tela. Año 2005. |
RAMÓN MESA. Sello. De la serie Taíno Pomier. Técnica Mixta/tela. Año 2015. |
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